Schloss Staufenberg: la tradición obliga
Para los vasos grabados con el escudo tradicional, la única opción es MEIKO.
"La vista panorámica fascina a la gente." Larissa Stäbler sonríe y señala hacia Estrasburgo desde la mayor terraza panorámica de la región. "Hay días en que la catedral parece tan cerca que casi se podría tocar." La gerente de la taberna de vinos Schloss Staufenberg no exagera: el paisaje es realmente cautivador. La vista deambula desde Hornisgrinde, se pasea más allá de Estrasburgo y recorre la llanura del Rin para adentrarse en el Kaiserstuhl. Los Vosgos se elevan en la cercana Alsacia, mientras que en la otra vertiente las estribaciones de la Selva Negra desembocan en las onduladas terrazas de Durbach.
No solo la región yace a los pies del visitante, también la historia se palpa en cada rincón. Los acontecimientos se han sucedido desde que en el siglo XI la familia Zähringer construyó el castillo, el cual, desde hace unos doscientos años, está en posesión de los margraves de Baden. Esto marcó el comienzo de la expansión del estilo romántico en el castillo, el cual, aún hoy, es visitado regularmente por el margrave de Baden. ¡Y no es el único!
Ya sean turistas de paso, amigos del buen comer, amantes del vino, participantes en actos o aficionados a eventos exclusivos: todos regresan entusiasmados. De ello se encargan la taberna de vinos, una moderna vinatería, la agrotienda y una chocolatería, además del Lindenhof, la espaciosa terraza y las salas de conferencias. También se cuenta con una impresionante sala de eventos. Donde antes vivían los sirvientes, se oyen ahora los ritmos del jazz durante cuatro días al año. Entonces, para las JAZZ NIGHTS, se retira la pared divisoria entre la sala y la taberna de vinos y un soplo de MTV Unplugged inunda la atmósfera. El comienzo del festival lo da el pianista y compositor de jazz sueco Jacob Karlzon. Buen vino, ambiente exclusivo y un algo indefinido conforman una velada inigualable. Desde desfiles de moda hasta la presentación del nuevo Porsche 911, los visitantes que acuden a la llamada del Staufenberg pueden gozar periódicamente de acontecimientos muy especiales.
Como parte de la explotación vinícola margravial, el castillo está firmemente anclado en la historia de los vinos de calidad de Baden. En 1782, se plantaron aquí viñas de Riesling sin mezcla, lo cual marcó el nacimiento de la tradición del Klingenberger de la región Ortenau, el único sinónimo de Riesling en el derecho vitivinícola alemán.
Cerca de 240 años de tradición obligan y prometen perfección. Esto viene avalado por el escudo de armas y el lema de la familia en cada copa: "Fidelitas", lealtad. Aquí no se acepta cualquier tecnología de lavado. Se exige calidad. Como muy bien sentencia Stäbler, "eso es lo que representa MEIKO en todo el mercado". En el Staufenberg, un lavavajillas bajo encimera de nueva generación promete una vajilla brillante y constituye el nexo de unión entre el siglo XI y la alta tecnología. Eso simboliza precisamente el galardonado lavavajillas bajo encimera M-iClean U de la forja de tecnología de lavado MEIKO. Las innovaciones son radicales. Por ejemplo, la eliminación de la preinstalación. Esto aporta flexibilidad a la organización de la cocina, donde cada centímetro cuenta. En Durbach la máquina se pudo recolocar, de modo que se adaptase mejor al espacio y supusiese una mejora ergonómica para el personal: ya no está debajo de la superficie de trabajo, sino sobre un zócalo que ofrece espacio de almacenamiento para el detergente. Agacharse con las cestas llenas es cosa del pasado.
¿Y el escudo de armas? Gracias al MÓDULO GiO, resplandece como el cristal, y sin repasos. "La tecnología de ósmosis facilita mucho la vida", afirma satisfecha la gerente, sobre todo porque el módulo está instalado dentro de la nueva máquina M-iClean U. También la velocidad encuentra palabras de agradecimiento, ya que el proceso de lavado se acorta en unos 30 segundos. Eso se va acumulando. "Como la máquina lava mucho más rápido, necesitamos menos vasos y aquí no queda nada", comenta Stäbler mirando la devolución de platos, normalmente llena. En cuanto al vapor, habría que hablar de la ausencia de vapor. Con la nueva tecnología ComfortAir, se reduce hasta un 80 %, y añade "Eso se nota claramente, sobre todo si llevas gafas". Además, es bueno para el microclima de la sala, ya sea un área de lavado pequeña o tras la barra de un bar. En el castillo de Staufenberg, la tradición y la modernidad se dan la mano, desde la muralla hasta el área de lavado. Y ya pueden venir turistas de paso, aficionados al jazz, gourmets, recién prometidos y amantes del vino. El sello del margrave los ilumina y les invita a concentrarse en lo esencial: disfrutar del inmensidad del paisaje y pasar un rato agradable en compañía de un vaso de buen vino.